martes, 2 de septiembre de 2008

RELATO CORTO II




Shirle.



El mundo de la noche que nos resulta tan divertido a veces, se puede convertir en un campo minado. Salir, beber, el rollo de siempre… en algunas ocasiones termina de manera dispar sorprendiéndonos grata o ingratamente.
Shirle frecuentaba este micro mundo más de lo que debería. Viviendo deprisa se la escapan muchos detalles de la vida y con cada detalle alguna que otra neurona opta por apagar su luz. Su mayor enganche la heroína que consume cada vez con mayor frecuencia. Nadie diría que esa chica tan atractiva, simpática y saludable escondiera tan inquietante secreto. A veces piensa en dejarlo pero solo lo piensa. No es capaz de encontrar sentido a su vida ni encontrar la seguridad en ella misma, la seguridad que necesitaría para poder afrontar los hechos tranquilamente. A veces es duro aceptarnos como somos con tantas limitaciones, virtudes y defectos.
Shirle no es ajena a ello y la resulta mucho más fácil consumir su dosis para sentirse durante algún tiempo y de manera sencilla alguien importante, que esforzarse en conocerse y exponerse a los demás tal como es. Los días que toca trabaja como actriz de películas pornográficas, profesión que si bien la empezó de manera divertida cada vez la iba pesando más y más hasta convertirse en algo rutinario y aburrido.


Suke era su novio, la quería más que a su vida y no le gustaban nada los excesos ni el trabajo de Shirle pero en realidad no era el adecuado para dar consejos porque también tenía sus vicios y una vida un tanto descuadrada.

Suke: ¿Por qué te enfadas Shirle?
Shirle: Estoy harta!, siempre igual, siempre con tus tonterias, me haces quedar como una idiota!
Suke: pero si solo era una broma!
Shirle: dejame en paz, ¡joder!

Shirle salía de la discoteca malhumorada y como si la llevara el viento. Suke decidió tomarse otra copa con los colegas pensando que se la pasaría y que volvería. Después de una hora comenzó a preocuparse, era demasiado tiempo y ella no volvía. En realidad nunca mas volvió a verla, a ver el brillo de sus ojos, ni a ver su sonrisa, ni su pelo deslizándose por la cara, ni a escuchar sus mentiras envueltas en verdades. Ella, Shirle, si lo volvería a ver.

2 comentarios:

Miguel González Aranda dijo...

Increible Luiskar DK....
Que fuerte!!! que relato más duro!!

Resalto también la frase que hace publicidad subliminar a un grupo que tanto le gusta al creador DK.

SALUD

VOLTOYA dijo...

Desde el centro de mi corazon, eternamente, gracias, gracias, gracias. Saludos DKs.